En este nuevo capítulo de 'The Originals' nos despedimos del Padre Kieran (Todd Stashwick) definitivamente, o al menos, eso parece. Todos en Nueva Orleans se vuelcan en su funeral y en su entierro, quizás de forma demasiado festiva para el gusto de Cami (Leah Pipes), a la que sinceramente esperaba ver más afectada.

A todo esto hay que sumar los efectos que está teniendo la desintegración 'del más allá' en Nueva Orleans. Y es que las barreras entre ambos lados son cada vez más inexistentes y esto ha permitido que el padre de Klaus y Elijah (Daniel Gillies) haya vuelto para torturarlos, al menos en sus sueños. Además, a éste no le ha hecho ni gracia que su repudiado hijo vaya a ser papá, y gracias al intento de Monique de matar a Hayley (Phoebe Tonkin) consigue colarse en su mente y amenazarla también. ¿Es ya el daño en 'el otro lado' irreparable?. Aprovecho para dejar constancia de lo asombrada que me ha dejado ver a Hayley luchar de ese modo en su grado de embarazo.
En cualquier caso, las brujas de Nueva Orleans no parecen tan preocupadas como las de Mystic Falls. Como hemos avanzado, Genevieve sigue intentando contentar a sus ancestros y seguir adelante con el plan. Sin embargo, ni éstos ni Monique parecen tener demasiada fe en ella. ¿Creéis que terminará siendo capaz?. Y Davina (Danielle Campbell) , en sus intentos por contactar con Tim termina conociendo al padre de los originales, hasta el punto en que tendrá que decidir si lo ayuda o no a volver a la vida para vengarse de Klaus. ¿Realmente es tan fácil traer a alguien de entre los muertos?. Recordemos que en 'The Vampire Diaries' a los 'travelers' les tomó su tiempo conseguirlo...
Klaus y Elijah están convencidos de que su padre no supone ninguna amenaza y se centran en convencer a Hayley de que regrese al barrio ahora que el momento del parto está más cerca. Parece que Klaus ha recordado que está esperando un hijo e incluso le ha preparado un cuarto. Me ha llamado la atención que el cuadro que le hemos visto hacer durante todos estos episodios estaba allí. Y eso hace que me plantee hasta qué punto su plan de ayudar a los hombres lobo es más por su hijo que por él, aunque todavía no imagino que relación podría tener. El más contento con el regreso de Hayley ha sido Elijah sin duda. Tanto es así que esa tensión que tienen vuelve a surgir y terminan besándose nada menos que en el cuarto que Klaus preparó. Lo reconozco, no me termina de convencer la relación entre estos dos. Tengo sentimientos encontrados porque aunque me gustaría que Elijah fuese feliz creo que es injusto para Klaus. En cambio Klaus no ha perdido el tiempo con Cami, con Caroline y con Genevieve... así que tampoco parece justo que se las lleve a todas. Malditos triángulos amorosos.
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Y volviendo a Cami, gracias a Marcel descubre algo más sobre esta misteriosa llave que en un principio no le interesaba. Marcel le cuenta que proporciona el acceso a un arma, que permitió que los humanos tuvieran bajo el control de Kieran, que podría parar a los seres supernaturales en caso de que las cosas se desmadraran en el barrio. ¿Cómo pudieron conseguir los humanos algo así?. Sin duda, creo que en los próximos capítulos se profundizará más en este aspecto porque puede que en un futuro no muy lejano no quede otro remedio que usarla...
Y es que las cosas están cada vez más revueltas e igualadas en Nueva Orleans. Klaus necesita a las brujas para hacer los anillos para los hombres lobo. Los hombres lobo están decididos a llevar a cabo su venganza pero necesitan esos anillos. Pero las brujas quieren acabar con el hijo de Klaus, ya que de no hacerlo sería una amenaza para todos. Los humanos están decididos a tomar el control gracias a este arma. Y hasta ahora estaba en manos de Marcel, que es un vampiro, pero ya no. Al mismo tiempo Marcel está preparando una guerra interna entre los vampiros. Y Davina está a punto de devolverle la vida al padre de Klaus. Y si éste consiguiese acabar con sus hijos se perdería todo el linaje de vampiros de Nueva Orleans... ¿Llegará a imponerse alguna especie sobre otra?.
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