martes, 15 de julio de 2014

The Leftovers 1x01

Arranca la nueva propuesta de Damon Lindelof para HBO basada en el libro del novelista Tom Perrota, otra de esas series 'high-concept' que tanto gusta ahora en la televisión norteamericana pero que no se habían prodigado demasiado por las cadenas de cable. Pues ahora ya la tenemos aquí como gran apuesta de HBO para el verano y nos toca comentar su piloto a continuación, con evidentes 'spoilers' para el que no haya visto el episodio, claro.


El dos por ciento de la población desaparece. Puede parecer poca gente en términos relativos pero en términos generales implica una masa de humanidad inconmensurable. Incluyendo así a Michelle Obama, el antiguo Papa Benedicto XVI, Bonnie Raitt o Gary Busey. Suceso del que han pasado tres años y que sigue sin explicación, sea religiosa o científica, algo que según ya adelanta el propio Lindelof no deberíamos esperar ni en el final de la serie.

Diríamos que esta serie no trata de un evento paranormal como si lo hicieran 'The Event' o 'Flashforward' sino de sus efectos, de cómo esto afecta a la pequeña comunidad de Mapleton. O lo que es lo mismo, que el misterio no es más que una excusa para tratar el tema de cómo los supervivientes lidian con la tragedia. Una alegoría del sentir general de ciertas poblaciones tras los atentados del 11-S u otros sucesos conmocionadores.

Algo así como el fútbol americano era solo un mero vehículo para hablarnos de la población de Dillon, Texas en 'Friday Night Lights'. De hecho un servidor se estuvo preguntando durante todo el episodio si no era una repetición casi clónica del esquema en esa serie visto, hasta que tras el fundido a negro descubrió que el creador de aquella, Peter Berg, es el director de esta. El uso de la cámara lenta, de la música, el foco en distintos grupos generacionales, el personaje protagonista... todo recuerda a 'Friday Night Lights'.


Quien en aquella Kyle Chandler fuera quien diera vida al protagonista taciturno que era el Coach Taylor, aquí es Justin Theroux el que hace lo propio con el Chief Garney. O lo que es lo mismo, dos hombres de poca sonrisa y mucha responsabilidad, respetados y atacados al mismo tiempo por el puesto que ocupan y de los que no esperemos que digan su nombre de pila demasiado. Allí era Eric y aquí es Kevin, pero poco importará a partir de ahora.

De hecho los pocos ingredientes que Justin Theroux no comparte en su personaje con su predecesor parecen tomados del infame protagonista que Joseph Fiennes tuviese en la ya citada 'Flashforward'. Un agente de la ley que ha sufrido la tragedia inexplicable en su propia familia y que le toca lidiar con las consecuencias de estas. Si se juntasen los tres podrían formar el club de la mínima expresividad en actores protagonistas masculinos.

Y cómo no luego está su familia, buscando cada uno su hueco en este mundo y siendo el eje que conecta todos los puntos de este reparto más o menos coral. Especial importancia se le da a su hija Jill (Margaret Qualley), que mantiene el carácter taciturno de su padre y lo adereza con una crisis existencial unido a una experimentación con drogas y diversas prácticas sexuales. Por si buscábamos el personaje adolescente coñazo de turno, aquí lo tenemos. Siendo ella y su grupo de libidinosos amigos todos muy atractivos, eso sí.


Más interés tenemos en la desaparecida matriarca del clan Laurie (Amy Brenneman), que se ha unido a uno de los numerosos grupos sectarios que ahora parecen poblar cada rincón del mundo y que tienen unas aficiones que van de lo sosegado a lo poco saludable. Visten de impoluto blanco y no hacen mucho ruido porque parecen mantener un voto de silencio, pero fuman como carreteros - lo que me hace llamarlos directamente "los Fumadores" más que "the Remnants" - y se dedican a acosar a ciudadanos aleatorios solo con su presencia.

Su existencia y sus planes - ya que se nos hace saber que han aparecido recientemente y su número crece de forma exponencial - son otro de los grandes misterios de este piloto, uno que esperemos a que si se dignen a resolvernos ya que le dan tanta importancia a la hora de plantearlo. Especialmente porque parecen ser el nuevo foco de las iras del pueblo al acostumbrar a aparecer con pancartas desmoralizadoras en momentos de conmemoración de los desaparecidos por el "Arrebatamiento".

Un concepto que todo sea dicho suena mejor con su terminología anglosajona 'rapture', pero que de todas formas nos lleva directamente a la mitología judeocristiana que tan de moda está estos días en televisión. El concepto de la desaparición de ciertos individuos antes del Día del Juicio ya es algo que hace unos siglos se interpretaba por parte de algunos de la Biblia y será en torno a lo que gire el debate entre ciencia y religión que aquí se nos ofrece. Un debate que por cierto 'Lost' no nos ofreció tan abiertamente hasta sus compases finales, con no demasiado satisfactorios resultados.


No es este el único grupo organizado con misteriosa agenda ya que Tom (Chris Zylka), el otro hijo de la familia Garvey, trabaja para un tal Wayne (Paterson Joseph) que parece ser un gurú local al que muchos acuden en busca de iluminación y que tiene un harén y un ejército privados a su disposición. Volviendo a las conexiones con 'Friday Night Lights', el que allí fuera Buddy Garrity es aquí el Congresista Witten (Brad Leland), uno de muchos que han gustado de hablar con el misterioso Wayne.

A mayores de todos los arriba expuestos también nos hemos encontrado con ciertas caras conocidas interpretando a personajes que parecen ir un poco más por libre. Una de esas caras es bastante bonita, ya que es la de Liv Tyler que no sabemos cómo ha recaído aquí, pero que interpreta a una futura esposa acosada por los fumadores de blanco que decide acudir a ellos en busca de refugio.

Otros son Christopher Eccleston, el que fuera el primer Doctor de la etapa moderna, que parece ser aquí el religioso metido a agorero local - nunca puede fallar uno - o Michael Gaston, del que tenemos la impresión que es de los pocos que sabe qué va a suceder por aquí porque ya está preparado para ello. Aunque eso suponga ir armado y disparando a diestro y siniestro a perros callejeros. Quizá él sepa de dónde le vienen esos flashes y desvanecimientos al protagonista, o le ayude a entenderlos.


Como vemos un gran cóctel de ingredientes de otros productos y repartos previos, que veremos cómo encajan en este nuevo intento de Lindelof por cuajar - esta vez en el cable - pero que de momento parecen construir un universo interesante. No así generar una estética propia, que ya vemos que está directamente tomada de 'Friday Night Lights', o que ese 'high-concept' sea estrictamente original, porque recuerda poderosamente al desvanecimiento de 'Flashforward', pero si que establecer un terreno medio con unos estándares de calidad interesantes.

Lo que no implica que aceptar algunas de las bases que nos ofrece el show para su construcción sea comprar el producto de primeras, bien sabemos que la confianza en Damon Lindelof en este aspecto roza mínimos. Tras optar por la salida por la vía fácil en la última y desastrosa temporada de 'Lost' y despedazar el guión de Ridley Scott de 'Prometheus' a gusto de 20th Century Fox hasta dejarlo en una maraña sin sentido no es que goce del mayor de los créditos a la hora de manejar como 'showrunner' una producción en HBO.

Veremos si el texto original de Tom Perrota, que aquí también ejerce como productor ejecutivo, y la dirección de Peter Berg aguanta el paso de los episodios tras una producción complicada fuera de los estándares de la cadena. Ocupa un puesto importante en la parrilla de verano de la cadena y compite contra el resto de nuevas propuestas de la competencia, véase 'Halt and Catch Fire' en AMC y 'Penny Dreadful' en Showtime el mismo día y 'Tyrant' en FX en otro



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